Es curioso como siempre hay alguien que se preocupa por nosotros, y nos prepara el atracón.
Acaba de evaporarse el del champán, los turrones, y los juguetes. Y ahora llega el de las rebajas. Así, no me extraña que un día nos miremos al espejo, y no nos reconozcamos a nosotros mismos.
Está claro que hemos perdido el norte, y estamos en medio de la jungla, y sin brújula.
Ja, ja, ja, satírico texto, lleno de razón y de enjundia. Pero a ver quien se atrave a decirle a la parienta nada sobre las rebajas. Yo no, desde luego.
ResponderEliminarSuerte, compañero. Un abrazo.
Cuanta razón tienes. Como el dicho popular “a ver quien se atreve a ponerle el cascabel al gato”
ResponderEliminarUn abrazo.