miércoles, 26 de octubre de 2011

TARDES DE BAILE


Tardes de baile, de guitarras rotas
de abarcas, y barro de las lagunas.
Pasodobles y tangos con algunas
y de varias batallas con derrotas.

Ojos vigilantes tomaban notas
desde sus atalayas oportunas,
Viendo sus retoños entre las brumas
cuando la madrugada les agota.

Los cuerpos se aproximan ya sin ojos,
se ofrecen a cortejos amorosos
sin padecer oportunos sonrojos;

para que al amor, no pongan cerrojos,
los amantes ya se vuelven gozosos,
verán brillar las pupilas de sus ojos.

2 comentarios:

  1. Entrañable soneto, amigo. Aquellas tardes de baile, lejanas, que han quedado en nuestra retina, y en nuestro corazón, para siempre. Las he vuelto a revivir. Hoy.
    Un abrazo.

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  2. Es el sentimiento puro de algo que amas, y que amaras siempre.

    Gracias

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